4/25/09












En el momento en que toda la sensibilidad se hace lágrima, cuelgas la mente en el armario vacío de realidad consciente y cierras las entrañas anhelando hadas que vuelen hasta tus yemas y te agiten con un pellizco de magia. Cuando la mirada se torna grisácea opaca te fundes en un pestañeo eterno que extingue toda luz diáfana y un suspiro te coloca de frente ante la nulidad amenazadora. Entonces ocurre que el silencio ahoga tu voz y chirría cerrando puertas, tu alma, muda, sorda, corta el aire y hermética hiberna hasta verano de la vida siguiente.



1 comment:

Ed. Pons-Fuster said...

caroooooooooooooooooooooooool :)