1/4/09

Filtro


La automatización de la mayor parte de ideas y pensamientos que viajan por mi mente se ha convertido en un proceso inherente a mi persona. Tras los impulsos instantáneos acostumbro a filtrar las emociones. Es como si poseyera un colador situado a medio camino entre lo sensible e inteligible que seleccionase cuales verter hacia mi interior para exprimirlas y beberlas, sacudiendo de un golpe frío aquellas que podrían inundar mi parte racional hasta dominarme completamente, soberanas del resto de sentimientos, manipuladoras, arrebatadoras de palabras, electrizantes, mágicas, distribuidoras de escalofríos transitorios. Nunca han atravesado el filtro íntegramente. Nunca las he sentido en esencia. Me he limitado a rozarlas, a acariciarlas sutilmente, conservando activo y vigente mi precavido autocontrol.

El pavor, la vulnerabilidad, el miedo o la puerilidad son alicientes que llegan a convertir en ocasiones ese tamiz en un obstáculo, impidiendo acontecimientos que acompañan a las emociones en él retenidas.
Me detengo y retomo la idea que rige mi parte intrínseca: vivir plenamente.
Interpreto que si con las emociones que atraviesan el filtro sin contemplación alguna llego a chispear, a vibrar, quizá mi éxtasis se encuentre implícitio en lo que no lo traspasa.

Y fiel a experimentar en esencia, he de comenzar a prescindir de dicho filtro.



1 comment:

Anonymous said...

Eso necesito yo tb..un filtro de emociones :) que guay! has puesto mi foto ^^


tequiero primica!